El ozono como desinfectante
El ozono, formado por tres átomos de oxígeno, es uno
de los más potentes oxidantes que se conocen, por lo que es capaz de eliminar,
no sólo virus, sino también un amplísimo rango de otros microorganismos
contaminantes presentes en el aire, sin olvidar el problema menor que
representa la aparición de olores desagradables.
Se puede decir que el ozono no tiene límites en el
número y especies de microorganismos que puede eliminar, dado que actúa sobre
estos a varios niveles.
La oxidación directa de la pared celular constituye su
principal modo de acción. Esta oxidación provoca la rotura de dicha pared,
propiciando así que los constituyentes celulares salgan de la célula. Asimismo,
la producción de radicales hidroxilos como consecuencia de la desintegración
del ozono en el agua provoca un efecto similar al expuesto.
Los daños producidos sobre los microorganismos no se
limitan a la oxidación de su pared: el ozono también causa daños a los
constituyentes de los ácidos nucleicos (ADN y ARN), provocando la ruptura de
enlaces carbono-nitrógeno, lo que da lugar a una despolimerización, de especial
interés en el caso de desactivación de todo tipo de virus. Los microorganismos,
por tanto, no son capaces de desarrollar inmunidad al ozono como hacen frente a
otros compuestos.
El ozono es eficaz, pues, en la eliminación de
bacterias, virus, protozoos, nematodos, hongos, agregados celulares, esporas y
quistes. Por otra parte, actúa a menor concentración y con menor tiempo de
contacto que otros desinfectantes.
De hecho, según la OMS, el ozono es el desinfectante
más eficiente para todo tipo de microorganismos.[1] En el documento de la OMS
al que nos referimos, se detalla que, con concentraciones de ozono de 0,1-0,2
mg/L.min, se consigue una inactivación del 99% de rotavirus y polio virus,
entre otros patógenos estudiados, pertenecientes al mismo Grupo IV de los
Coronavirus.
El amplio espectro de acción del ozono como
desinfectante resulta de especial relevancia en el caso que nos ocupa, ya que
los usuarios con un sistema inmunitario más débil (niños, personas mayores,
enfermos…), constituyen una población de riesgo frente a cualquier
microorganismo presente en el aire de las instalaciones, más aún en el caso de
esta cepa de coronavirus de Wuhan, y que no son eliminados con los tratamientos
convencionales de desinfección.
No hay que olvidar que, tanto virus como hongos y
bacterias, incluidas las cepas resistentes a los antibióticos, por su
naturaleza, fuera del hospedador son muy vulnerables, y eliminarlas es relativamente
sencillo mediante tratamientos de desinfección con ozono, capaz incluso de
eliminar sus esporas.
El ozono es incuestionablemente útil para eliminar,
entre otros muchos, incluso el virus del Ébola en aire. Está demostrado que el
ozono es al menos diez veces más potente que el cloro como desinfectante. Como
ya hemos señalado, y según la OMS, el ozono es el desinfectante más eficiente
para todo tipo de microorganismos. Por lo tanto, el empleo de ozono, tanto en
agua como en aire, para la desinfección de aire y superficies resulta mucho más
recomendable que el uso de otros desinfectantes, aparte de por su eficacia, por
su rápida descomposición, que no deja residuales peligrosos.
El ozono como viricida
Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades
(CDC), “Los virus encapsulados son susceptibles a una amplia gama de
desinfectantes hospitalarios utilizados para la desinfección de superficies
duras no porosas. En contraste, los virus desnudos son más resistentes a los
desinfectantes.”[2]
La Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados
Unidos tiene un listado de los desinfectantes que especifican en su etiqueta su
eficacia contra virus desnudos (por ejemplo, norovirus, rotavirus, adenovirus,
virus de la poliomielitis), y que tienen un amplio espectro antiviral ya que
son capaces de inactivar tanto virus envueltos como desnudos.
Debido a su naturaleza, el ozono, al no poder ser
envasado y comercializado, no está incluido en dicha lista ni podrá estarlo, a
pesar de que su capacidad viricida está de sobra probada siendo, como se ha
señalado, muy superior a la del cloro, el desinfectante más utilizado. De
hecho, el ozono es utilizado como biocida hace décadas, como así lo demuestran
las fechas de los numerosos estudios existentes al respecto.
En la Unión Europea, con la entrada en vigor del
Reglamento para Productos Biocidas (BPR, por sus siglas en inglés), se está
incluyendo el ozono como biocida para distintos usos, entre otros para la
desinfección de superficies en contacto con productos alimenticios.[3]
En la tabla 1 reflejamos los resultados de distintos
estudios sobre la capacidad de destrucción del ozono de determinados virus.
Como se puede observar, en esta tabla están incluidos
los virus desnudos contemplados por la EPA a la hora de decidir la eficacia
desinfectante de un producto: rotavirus, dentro del grupo de los virus
entéricos, así como el virus de la poliomielitis, del mismo grupo, en el que
están incluidos, asimismo, los coronavirus.
TABLA 1: RESULTADOS DE LA OZONIZACIÓN EN VIRUS
Evidentemente no hay estudios específicos sobre la
inactivación de los virus más infecciosos con ozono (como tampoco con otros
desinfectantes), debido al riesgo que implicarían dichos estudios, sin
mencionar el coste que supondrían.
Se utilizan, a modo de indicadores de la eficacia de
un biocida, virus que no implican riesgos, ni para los investigadores ni por un
posible accidente. Los bacteriófagos (como el pX174) han sido ampliamente
utilizados como indicadores de poliovirus, enterovirus, virus envueltos y Virus
de Inmunodeficiencia Humana (VIH), debido a que son seguros y fáciles de
manejar.[4]
En un ensayo más reciente (2006) [5], se estudió una
serie de fagos, (virus usados como indicadores, como hemos señalado) desnudos y
envueltos, con los cuatro tipos de material genético posible: de cadena simple
(ARN mc, ADN mc) y de cadena doble (ARN bc y ADN bc), a fin de determinar la
capacidad viricida del ozono en distintas condiciones. Ya que el ozono causa
daños principalmente en las proteínas de la cápside, se consideraron asimismo
virus con diferentes arquitecturas.
La tabla 2 refleja los resultados obtenidos en este
ensayo, con una humedad relativa del 55%:
TABLA 2: RESULTADOS DEL ESTUDIO DE LA EFICACIA DEL
OZONO EN LA INACTIVACIÓN DE BACTERIÓFAGOS EN AIRE EN 3,8 SEGUNDOS
Puede observarse que, en menos de 4 segundos, se
consiguen disminuciones del 99% en la carga viral con concentraciones de ozono
de 2,5 a 10 ppm.
Asimismo, es de remarcar el efecto que estas
concentraciones de ozono en aire tienen en los virus desnudos que, como ya se
ha indicado, al carecer de envoltura lipídica, suelen ser más resistentes a los
desinfectantes. Recordemos que el coronavirus de Wuhan es un virus envuelto y,
por tanto, de los menos resistentes.
La mayor concentración de ozono necesaria para la
inactivación de los virus MS2 y T7 se explica por la mayor complejidad de su
envoltura lipídica (180 y 415 moléculas en la cápside respectivamente, frente a
las 60 y 120 de los phi X174 y phi 6).
Dosificación de ozono
El tiempo de tratamiento depende de varios factores a
determinar en el diagnóstico inicial, entre ellos el volumen de la habitación,
el grado de desinfección deseado, el tiempo disponible para llevarlo a cabo, el
nivel de carga biológica contenida en el ambiente, el tipo de patógeno a eliminar,
etc. Por ello los generadores de ozono de GenO3 Ozono, disponen de un autómata
que controla el funcionamiento del equipo, y gracias al cual se puede abarcar
cualquier tipo de tratamiento de choque.
Así pues, para una desinfección eficaz de las habitaciones,
debe calcularse el volumen de las mismas asumiendo que se debe de alcanzar una
concentración de ozono de 1ppm y mantenerla durante, al menos 10 minutos.
La correcta administración del ozono garantiza una
alta desinfección del recinto tratado, así como la eliminación de su
característico olor, dejando en él un ambiente seguro, fresco y agradable.
Asimismo, se puede aumentar la seguridad de las
instalaciones purificando el agua de uso general, que puede ser vehículo de
infección una vez contaminada.
El agua ozonizada puede emplearse tanto para el lavado
de manos de huéspedes y personal, como en las tareas de limpieza de utensilios
de cocina y superficies, aportando una desinfección eficaz.
[1] http://www.who.int/water_sanitation_health/dwq/S04.pdf
[2] CDC,
“Interim Guidance for Environmental Infection Control in Hospitals for Ebola
Virus”
[3]PT4 – Food
and feed area: Used for the disinfection of equipment, containers, consumption
utensils, surfaces or pipework associated with the production, transport,
storage or consumption of food or feed (including drinking water) for humans
and animals.
[4]Dileo et al. 1993; Lytle et al. 1991; Maillard et
al. 1994
[5]Chun-Chieh
Tseng &Chih-Shan Li (2006), “Ozone for Inactivation of Aerosolized
Bacteriophages”, Aerosol Science and Technology, 40:9, 683-689, 2006. DOI:
10.1080/02786820600796590